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ACTUALIDAD
Lamentablemente, nuestro vídeo de: "Seguimos sin aprender nada", cobra actualidad.
Enorme es la tarea pendiente para devolver la normalidad en infraestructuras, y mucho tiempo pasará para mitigar el dolor por las pérdidas humanas y los daños materiales causadas por el desastre natural causado por la dana.
Tiempo habrá también para analizar errores y responsabilidades, sin olvidar algunos de los orígenes del problema basados en un desarrollismo urbano desorganizado y el cambio climático, que unidos a la evidente falta de previsión y de reacción, es evidente que se han comportado como elemento multiplicador del desastre padecido.
Las pérdidas de vidas han sido enormes y las económicas gigantescas. Esto nos debería llevar a parar, pensar y sacar algunas lecciones. Hasta ahora, desgraciadamente, no ha sido así. Tras la pandemia por el covid, con centenares de miles de muertos, que puso de rodillas al mundo y a las economías, pensamos que saldríamos mejores, pero no, no aprendimos nada. El egoísmo se antepone a todo, incluso a la supervivencia humana.
¿Seremos capaces de aprender alguna vez?
Buscar justificación o pretexto, para seguir haciendo lo que no se debería hacer respecto al medio ambiente, en base a teorías negacionistas y bulos, que tanto daño hacen, con la sentencia de que hay fenómenos atmosféricos que siempre han ocurrido, y teorías de pseudocientíficos y profetas cargados de sentido identitario, ideológico o interesado; de no reconducir la situación, nos seguirá acercando al precipicio y al colapso de la civilización.
Fenómenos meteorológicos han existido siempre, pero ahora son más extremos en cuanto a su magnitud o dimensión y su frecuencia. Ahora, estos fenómenos extremos alcanzan valores nunca observados y aumentará a medida que se incremente el calentamiento global. La ciencia seria, así lo certifica.
Solo hay que ver los registros de aumento de temperatura en el mar (más de 2º respecto a la media de los años 80, un fenómeno que hace que se alteren los patrones de precipitación y todo el ciclo del agua.
Nos lo están diciendo los científicos serios, y lo estamos viviendo, esto irá a peor y de no rectificar podemos llegar a punto de no retorno.
El negacionismo mata, y no reaccionar en respuesta y prevención también; como seguir construyendo hoteles a 200 metros de la playa o despreciar los riesgos climáticos y detraer recursos para poner en marcha la Unidad Valenciana de Emergencias y, sin embargo, regar de dinero público para financiar actividades y festejos taurinos.
Por eso, es urgente que tomemos conciencia, tanto instituciones como personas, de la necesidad de adoptar, en serio, medidas para luchar contra el cambio climático, así como sacar lecciones de ese urbanismo voraz donde la especulación ha estado por encima de la seguridad de las personas, por ejemplo, construyendo en zonas inundables. Ese urbanismo que ha enladrillado ciudades y parajes naturales de toda la costa y que ahora parece que ataca con fuerza ante tanto terreno virgen de naturaleza y tanto negocio, como puede ocurrir en el Parque natural de Cabo de Gata.
Mientras tanto, hasta que haya una conciencia global de lo que hay que hacer para frenar el cambio climático, y parece que los vientos no son muy favorables con las ideas negacionistas y los intereses económicos que vendrán desde EEUU, solo nos queda instaurar planes de acción preventivos y de alerta temprana para minimizar los daños causados por este tipo de episodios.